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jueves, 26 de febrero de 2015

El faro de Punta Galea

El faro de Punta Galea (43º22’306’’N – 03º02’122’’W) es un edificio con tres cuerpos rectangulares y escalonados. La torre, unida a la fachada norte, es cilíndrica, de piedra vista y domina un gran terreno contiguo.

Antaño en este lugar se colocaban grandes hogueras para señalar la entrada al puerto y era lugar de vigilancia del atalayero.

En este territorio han funcionado tres faros. El primero, proyectado por el ingeniero Antonio Etxanobey, fue construido sobre los restos del fuerte Escarpe. Su torre era de piedra sillar y estaba rematada por un pequeño balcón. Sobre él se fijaba una linterna octogonal. Su luz blanca continua, encendida por primera vez en 1852, tenía un alcance de 10 millas.

El segundo, aún siendo mejor que el primero, tenía un problema: la niebla que subía del mar lo tapaba con frecuencia. Por ese motivo, se colocó una señal sonora que consistía en estallar un explosivo cada cinco minutos. Este sistema era caro y fallaba con frecuencia. Este faro se electrificó en 1933. Por desgracia, ese mismo año la tierra comenzó a resquebrajarse donde se encontraba la torre.

El último, construido a 180 metros del anterior, fue inaugurado en 1950. El foco está 8,5 metros sobre el suelo y 83,5 metros sobre el mar. Actualmente gira por medio de una antigua maquinaria de reloj que se pone en marcha automáticamente con un motor eléctrico.

La luz es de grupo de tres destellos, cada ocho segundos, teniendo un alcance nominal de 27 millas náuticas.




martes, 17 de febrero de 2015

El faro de Gorliz

Los faros suelen llevar el nombre del cabo geográfico en el que están situados. Sin embargo, el faro de Gorliz (43º26´00’’N - 02º56´60’’W) es una excepción, ya que en Galicia existe un cabo Villano que tiene un faro de anterior construcción a éste, por lo que el de Gorliz tomó el nombre del municipio al que pertenece.

Fue construido en 1990 sobre una de las baterías militares de costa que hay en la zona, según un proyecto de Mariano Navas y Enrique Martínez.

Su torre la forman dos elementos adosados. El que ofrece su cara a la mar, coronado por la cúpula y luz, es de planta prismática y alberga la instalación y maquinaria. El que da al Sur, es de forma cilíndrica y aloja una escalera de caracol.

Con sus 21 metros de altura y su situación sobre un impresionante acantilado de 165 metros, es el faro más alto de la cornisa Cantábrica.

La luz es de grupo de destellos blancos, cada dieciséis segundos, teniendo un alcance de 22 millas náuticas.




jueves, 12 de febrero de 2015

El faro de Matxitxako

De los dos faros que llevan el nombre de Matxitxako, el primero, del que sólo queda en pie la torre, se inauguró el 21 de agosto de 1852 y dejó de funcionar en 1909. El aparejador de las obras fue Juan Martínez Aparicio. En la actualidad alberga la sirena de niebla. Entre los años 1854 y 1863 fue la escuela de “guardafaros”, entonces llamados “torreros”. En él se jubiló el último farero de Vizcaya.

A 110 metros al Sur se encuentra el actual Faro de Matxitxako (43º27’255’’N – 02º45’171’’W), también de primer orden, inaugurado en 1909. Fue obra del famoso ingeniero Rafael de la Cerda. El edificio que tiene planta rectangular, está compuesto de un cuerpo central de dos pisos y dos laterales de una sola altura. En el extremo Noroeste se levanta una torre prismática octogonal de mampostería, con bella cúpula de hierro fundido laminado, que aloja el elemento óptico.

El plano focal está colocado a 122 metros sobre el nivel del mar y a 20,6 metros sobre el terreno. La luz irradia la zona comprendida entre Castro Urdiales y el río Deba. Desde el mismo edificio emite un radiofaro conjugado con los de Cabo Mayor y CapFerret, de 100 millas de alcance.

Presenta la apariencia de un destello blanco cada 7 segundos, con un alcance de 35 millas náuticas.




miércoles, 4 de febrero de 2015

El faro de Santa Catalina

En 1862 se inauguró este faro, situado en el cabo de Santa Catalina en Lekeitio (43º22’36’’N – 02º30’37’’W), con una altura de 46 metros sobre el mar.

Fue construido por el Ingeniero Armando de Lázaro y Figueras, en piedra de sillería la torre y mampostería el edificio.

Originalmente emitía una luz roja fija, suministrada por un aparato óptico de 5º orden, que funcionaba con aceite. En 1935 se sustituyó por una lámpara de acetileno y se cambió la luz por una blanca.

En 1957 se electrificó totalmente el faro, se modificó la óptica y la linterna, y se recreció la torre para obtener un alcance mayor.

Al faro se accede por una escalera de 80 peldaños. En la actualidad funciona en él un centro de interpretación de la navegación promovido por el Ayuntamiento de Lekeitio.

La luz es de grupo de destellos blancos, cada veinte segundos, teniendo un alcance de 17 millas náuticas.